Brujas, la Venecia del Norte

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Capital de la provincia de Flandes; quienes la conocen dicen de ella que es la Venecia del Norte (con permiso de Amsterdam, St. Petersburgo, Estocolmo, Copenhague y Hamburgo). El esplendor de su época dorada permanece intacto, casi tanto como su patrimonio medieval. (Declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en el año 2000).

Caminar por sus calles empedradas es como posar los pies siglos atrás, y al alzar la vista no podemos dejar de deleitarnos con la arquitectura característica de esta zona y sus casas gremiales. Amplias plazas flanqueadas por edificios de fachada escalonada, bicis por doquier y una tranquilidad que solo se ve interrumpida por el trote de los caballos que pasean a turistas por sus rincones más emblemáticos. Los puentes sobre los canales dotan de un mayor romanticismo a la ya de por sí romántica ciudad.

Brujas nos recibió con cielo gris, amenazaba tormenta. Apenas unos instantes después de sentarnos a comer, comenzó a descargar agua sin cesar. Pero incluso bajo la lluvia, esta ciudad tiene un encanto maravilloso. El adoquinado de la Grote Markt (Plaza Mayor) relucía y en él se reflejaban las luces de la multitud de restaurantes que la rodean. Todo el mundo corría a refugiarse en algún lugar cercano. Nosotros lo hicimos en el Museo de la Historia de Brujas (Historium Brugge), el tiempo justo para que un claro nos permitiese continuar el camino hacia la Plaza Burg, en la que se encuentran el Ayuntamiento (Stadhuis), de estilo gótico-florido y la Basílica de la Santa Sangre (Basilique du Saint-Sang) en cuyo interior, se conserva la reliquia que contiene la mismísima sangre de Cristo, recogida por José de Arimatea y traída de Tierra Santa por Teodorico de Alsacia, conde de Flandes.

Hubo que esperar hasta la «hora azul» (ese breve espacio de tiempo que transcurre después de la puesta de sol, justo antes de que el cielo se oscurezca por completo) para poder captar la típica postal del Muelle del Rosario (Rozenhoedkaai). Es, casi sin lugar a dudas, el rincón más fotografiado de Brujas, por eso parecía indispensable grabar, no solo en la retina, esta vista tan romántica con el majestuoso Belfort (Campanario de Brujas) al fondo.

Rozenhoedkaai (Muelle del Rosario) con el Belfort al fondo

Sin duda, Brujas es una ciudad que merece ser visitada y degustada con calma, pues no solo el centro histórico tiene mucho que ver. Tal vez sea necesario regresar con más tiempo para impregnarse de la verdadera esencia de esta joya de Flandes, cuyos molinos en esta ocasión se me resistieron. Damme será, sin lugar a dudas, un futuro destino a incluir.

Música: Andrea Bocelli ~ Rapsodia