Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.
Dales Señor, el eterno descanso, y que la luz perpetua los ilumine.
Estamos ante la que, probablemente, es una de las más hermosas esculturas funerarias de Asturias y de España. Tanto es así que hace escasos meses ha recibido un galardón otorgado por la Revista Adios Cultural en colaboración con la Asociación de Funerarias y Cementerios Municipales (AFCM). No en vano, esta obra del escultor asturiano Cipriano Folgueras (1863-1911) es una de las más importantes y representativas.
Realizada en mármol de carrara (uno de los más apreciados del mundo) en el año 1902, la Cripta y el proyecto fueron diseñados originalmente por Armando Fernández Cueto (1857-1933) un polifacético artista avilesino que ha dejado una gran herencia a la ciudad en forma de patrimonio arquitectónico.
El sarcófago fue colocado sobre la tumba del Marqués de San Juan de Nieva (Don Javier de Maqua). Tanto el arca cineraria como la escultura se construyeron en colaboración con el Taller de Vega y Mier.
Un sepulcro de mármol blanco casi oculto por el níveo manto que solo deja al descubierto un escudo de armas y el arranque de una guirnalda de simbólicas flores que orlan el sarcófago, en cuya cabecera un ángel despide al que muere para la tierra y nace para la eternidad, es la obra de Folgueras ejecutada con admirable perfección por el Sr. Vega y Mier.
En la obra de Folgueras, los ángeles pierden el carácter de seres del más allá para ser representados con gran corporeidad y un peso que les hace más humanos.
Bajo estas líneas, se puede observar el manto que cubre el túmulo, cuyos pliegues y volúmenes dejan entrever la existencia de una cruz.
Originalmente, las cuencas oculares -que ahora están vacías- llevaban incrustadas piedras preciosas, que supuestamente fueron sustraidas durante la Guerra Civil.
El sarcófago se sustenta sobre unas garras de león, representativas de fuerza, robustez y poder.
El ángel anunciador de la muerte porta en su mano derecha una trompeta, mientras que alza la izquierda hacia el cielo. Las alas permanecen desplegadas, como si el vuelo nunca se hubiese detenido.
Ya para terminar, me permito la licencia de incluir algún dato de interés relativo al Cementerio de La Carriona, pues merece la pena destacar -con orgullo- que es el único cementerio asturiano incluido en la Ruta Europea de Cementerios; una ruta que engloba camposantos tan insignes como el Monumental de Staglieno en Génova o el Polloe de Donosti, entre muchos otros. También forma parte del conjunto de Cementerios Significativos, muy en relación con el anterior.
Además, dispone de un Centro de Interpretación: El cicLaC, donde el visitante iniciará un recorrido por la historia de este cementerio, construcción, elementos artísticos, escultores y arquitectos significativos que han contribuido a crear un espacio único, valioso y ecléctico en el que se conjugan arte y memoria.
No quiero cerrar el post sin antes recomendaros muy encarecidamente una última visita, que a buen seguro os dejará un buen sabor de boca. Se trata del Blog de Alejandro Braña: Asturias por descubrir. En él podréis encontrar una extensa recopilación de publicaciones hechas con dedicación, cariño y un gusto exquisitos. (Ni que decir tiene que cuenta en su haber con publicaciones relativas a este cementerio I y II).
Fuentes:
| Arte y arquitectura funeraria: Los cementerios de Asturias, Cantabria y Vizcaya (1787-1936) de Carmen Bermejo Lorenzo
| Plano Cementerio de La Carriona (cicLaC)
| Wikiwand
| Música: Ludovico Einaudi – Divenire